lunes, 25 de enero de 2010

ABIERTA CONVOCATORIA DE VISIONS SUD ESTE

Está abierta la convocatoria del Fondo Visions Sud Est de Suiza para realizadores y productores de África, Asia y América Latina con largometrajes independientes de ficción y documentales que tengan una duración mínima de 70 minutos y que se encuentren en etapa de producción o posproducción. La fecha de cierre será el 27 de mayo. www.visionssudest.ch

martes, 19 de enero de 2010

CHANCE CHANCE

Después de mucha expectativa, y en un evento digno de un proyecto de peso internacional (con alfombra roja, celebridades de “el medio”, spotlights y afterparty), se estrenó en Panamá la película Chance del director Abner Benaim, y de salida la impresión dejada por el filme fue una completamente positiva.

Chance es una producción colombo panameña que a pesar de tener un presupuesto modesto para estándares de Hollywood, representa un esfuerzo altamente loable para un proyecto de la región (aparte de México y Suramérica). Tardó casi 3 años en montarse y aunque fue enviada a participar en festivales desde finales del año pasado, el estreno formal se dio el pasado 13 de enero en la ciudad donde se filmó y donde nació su director. Todo el elenco estuvo presente, incluidos el cubano Francisco Gattorno (Fernando), la colombiana Isabela Santo Domingo (Gloria) y las panameñas Rosa Lorenzo (Toña) y las gemelas Palacios (Mariví y Marité). A pesar de haber tenido una muerte en su familia recientemente, Benaim vivió su estreno y se consagró como director de largometrajes. “The show must go on”, dicen en esta industria…

Para describirla llanamente, Chance es una comedia satírica que además de causar gracia busca exponer la alienación a la realidad de los menos privilegiados por parte de las clases pudientes del Panamá de hoy, que al final ni dinero ni valores poseen en sus familias. Un candidato político está ensimismado en su imagen y en “ayudar al pueblo” (me huele a JC Navarro), mientras en su lujosa mansión de lo que parece Costa del Este sus hijas solo piensan en gastar plata y hacer pícaras travesuras, su mujer está metida en el rollo de ser la esposa perfecta (bonita, en control del hogar, socialmente activa con sus también rubias amigas) y su hijo se la pasa jugado videojuegos mientras recibe cariño y atención de las dos empleadas, una panameña y una colombiana, a quienes sus patrones les deben unas quincenas atrasadas. La tortilla se voltea cuando en las vísperas de un fin de semana a Miami las empleadas, Toña y Paquita, deciden secuestrar a toda la familia hasta que se haga justicia y reciban lo que se les debe.

El guión, escrito por Benaim y por Papús Von Saenger, no ofrece mayores sorpresas pero sí mantiene el ritmo cómico durante toda la historia, algo que cuesta lograr sobre todo en el primer intento, y al final saca la garra para dejar que la cruel realidad que inspira la trama deje su marca. La trama, con ayuda del bien seleccionado elenco, hacen que el espectador pase la impresión inicial de todo el mix de acentos para concentrarse en los personajes y en lo que tienen que decir, algo que a pesar de estar en plasmado en un contexto panameño sucede en todo el mundo. De los actores destacan Lorenzo, que usó su encanto personal para interpretar a la empleada que tira puñetes y maneja machetes, y Santo Domingo, sobre quien al final cae todo el peso y el giro dramático de la historia. Aída Morales, la actriz más experimentada del grupo que interpreta a Paquita, también tiene sus momentos intensos, ya que representa la injusticia social y el esfuerzo de superación de la clase trabajadora.

La película está bien llevada, tiene carácter propio, y demuestra que todo el bagaje y reconocimientos a nivel de documental (El Otro Lado) que ha acumulado el director le dieron herramientas para hacer una cinta profesional y de nivel. Los personajes están bien caracterizados y las locaciones usadas, aparte de la mansión de la familia, encajan perfectamente. Panamá, el país y su gente, se proyectan de una manera actual y cómica, algo que resultará fresco tanto a nacionales como a extranjeros que todavía no están acostumbrados a ver a su país en la pantalla grande, a diferencia de otros países con una tradición cinematográfica más larga como Argentina o México y que culturalmente son reconocidos en todos lados.

Admito que algunos product placements me resultaron un poco obvios, pero entiendo que al trabajar con patrocinadores para echar a andar un proyecto nuevo ciertas concesiones deben realizarse. El final de la cinta es brusco, algo pensado tal vez para dejar que el público llegue a sus propias conclusiones sobre el valor de la historia y los enredos en los que se meten Paquita y Toña.

Este es un hito en la carrera de un director que promete mucho en este género (largometrajes), y que abre el camino para el desarrollo de más proyectos y de una potencial industria cinematográfica panameña. Benaim se corrió el chance… y ganó.
Por: Raúl Altamar

miércoles, 13 de enero de 2010

UN CHANCE PARA REIR

Helkin Guevara / Diario La Prensa

¿Hasta dónde puede llegar una empleada doméstica mal pagada y víctima de constantes desplantes y groserías? ¿Qué se atrevería hacer para tomar revancha contra sus insensibles patrones?


Chance, la comedia del director panameño Abner Benaim, aborda una posible respuesta para ambas interrogantes, con decenas de líneas de humor negro. En su preestreno para medios de comunicación, el pasado lunes en Cinépolis, Chance sacó carcajadas con escenas, personajes y parlamentos típicos en Panamá y otros recursos que se ven en todo tipo de culturas.
A la proyección asistió casi todo el elenco protagonista: el cubano Francisco Gattorno, la colombiana Isabella Santo Domingo y la panameña Rosa Lorenzo. Solo faltó la colombiana Aida Morales. Era la primera vez que los actores apreciaban el producto final de las grabaciones que se realizaron en el país y que contrastan áreas como Costa del Este con Santa Ana y El Terraplén.
Santo Domingo, Gattorno, Lorenzo y demás actores de reparto se reían de las frivolidades, desequilibrios y desesperación de sus propios personajes.
PROYECCIONES
Chance, primera cinta de un lote de cerca de 25 producciones audiovisuales que se realizan desde hace unos años en Panamá, se estrena para todo público este 15 de enero y sus protagonistas extranjeros permanecerán en el país por una semana para promocionar y dar sus impresiones sobre la película.
El director Abner Benaim dice que lo próximo en agenda es estrenar la película en Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Puerto Rico y demás países. “También tenemos propuestas para Europa y Estados Unidos, pero aún estamos cerrando detalles”, agrega.
Además, se está negociando la participación de Chance en más festivales internacionales. Hace unos meses rotó en el Festival de Cine de Huelva y en del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana. “Es la primera película panameña que se exhibe internacionalmente. Hasta ahora, la reacción del público en los festivales ha sido muy buena y las críticas han resultado bastante positivas”, detalla Benaim.

LANZAMIENTO CHANCE

AVATAR

Apenas comenzaron a correr los créditos al final de Ávatar, la nueva y súper esperada cinta del estadounidense James Cameron, me dije a mi mismo “visual y cinematográficamente no me impresiona algo así desde la trilogía de El Señor del los Anillos”; los créditos siguieron corriendo y cuando vi que los efectos especiales fueron a cargo de Weta Digital, todo encajó.

Weta es el estudio de efectos con base en Wellington, Nueva Zelanda, el cual se estableció y creció con la ayuda de Peter Jackson y todo el proyecto de Gollum y su clan, y aparte de las animaciones de Píxar, estos kiwis (neozelandeses) son los meros meros en efectos digitales de pre y post producción en el mundo. Ávatar es un claro indicio de sus avances en casi 10 años de trabajo: los actores y escenarios reales se mezclan sin casi diferencia alguna con el mundo ficticio del planeta Pandora, un mundo con una flora y fauna alucinante y unos habitantes altos y azules llamados Na’vi.

Cameron, siempre un pionero técnico, se tomó su tiempo para superarse a sí mismo. Más de una década, de hecho. Ya había asombrado a todos con el líquido metálico de Terminator 2, con los monstruos espaciales de la Alien original, y con toda la envergadura que implicaba el volver a recrear el hundimiento del Titanic. Ahora regresa con una historia de ciencia ficción (uno de sus territorios favoritos) escrita por él, y en la cual muestra muchas cosas relevantes sobre el cine y la sociedad actual. En lo que al séptimo arte se refiere, el tipo es como si director quisiera decir: “La tecnología es buena. La tecnología te permite ir donde no habías podido llegar antes. Combinar cine tradicional con efectos digitales es el futuro, y el futuro es ahora”. Ampliamente lanzada la mayoría del mundo en 3D, algo de por sí poco común, Ávatar es como caramelo para los ojos: los colores brillan y vibran; las perspectivas y las tomas asombran y hasta causan vértigo; y la interacción entre lo realmente filmado y lo digitalmente producido supera todo lo que has visto hasta ahora. George Lucas, muérete de envidia.

Pero el elemento técnico de esta película es sólo el canal para que el mensaje de la historia llegue hasta el fondo y “si perdedero”, como quien dice. El guión, con diálogos de comic pero con un concepto noble, es como si se recreara la conquista de los españoles a América… pero en el futuro y en otra galaxia. La trama consiste en que en el planeta Pandora, y debajo del lugar más sagrado de su civilización que vive en directo contacto con su medio ambiente, existe un mineral que en el futuro es una gran fuente de energía para la Tierra carente de petróleo y agua. Científicos han desarrollado avatares de carne y hueso, es decir, cuerpos de Na’vis que pueden ser accesados por un humano que lo maneja con su mente mientras duerme conectado a una central. Con un buen módem, seguro, y más avanzados que esos avatares de las comunidades virtuales de la actualidad. Un militar inexperto tiene el trabajo de, con su cuerpo Na’vi, infiltrar a la comunidad y convencerlos de que se muden para poder hacer una gran mina en su casa. La lucha entre conquistados y conquistadores no tarda en llegar, acompañada nociones sobre el equilibrio natural y la batalla del bien sobre el mal. Es el conflicto entre la diplomacia y la fuerza, el respeto a las culturas y soberanías ajenas, los deseos imperiales, y la relación directa entre los seres vivos y su medio ambiente, todos temas de actualidad con eso del calentamiento global, las guerras, las superpotencias y el apetito voraz que por lo general lleva a la humanidad a cometer errores que solo la historia asiste en su arrepentimiento.

En Ávatar hay fantasía, mucha acción y una buena dosis de romance, todos elementos propios del “blockbuster”. Las actuaciones de Sigourney Weaver, Zoe Saldaña, Sam Worthington y Stephen Lang son buenas, pero joyas como Giovanni Ribisi y Michelle Rodríguez aburren. La película es larga, algo más de dos horas, y el ritmo baja a ratos para volver a subir a un tempo vertiginoso que puede causar dolores de cabeza a personas de la tercera edad o con problemas de la vista. Cameron es un director que además de siempre pensar en grande, se atreve a correr riesgos áreas como el casting, la musicalización y la trama, y aunque ciertos detalles no terminen de convencer el paquete completo no deja de ser admirable.

Películas como esta, y realizadores como Cameron, apasionan a niños y crean fanatismo en hombres amantes de la aventura, mientras conmueven a todos los que aprecian (y son muchos) las historias de heroísmo con toques de ciencia ficción. Esto les hará ganar mucho dinero en taquillas de todo el mundo y múltiples reconocimientos técnicos. Pero en el subtexto, Ávatar muestra que los valores del amor, la justicia, la solidaridad, y como si no fuera menos importante, el amor por la naturaleza, son el marcador de nuestro estado como civilización y que regirán el devenir de nuestras acciones futuras. Un filme completo con o sin 3D, pero no recomendaría ir a verla acompañado de aquellos que gustan de dormir en el cine o que prefieren dramas y actuaciones más convencionales.

Raúl Altamar Arias

CINEFORO EN LA BIBLIOTECA NACIONAL

Sábado 23 de Enero, Sala de Uso Múltiple, 2:00p.m (Entrada libre).
Título: La fonda azul (The Blue Diner)
País: Estados Unidos, 2001
Director: Jan Egleson:
Intérpretes: Miriam Colón, Lisa Vidal, José Yanque y William Márquez.
Es la historia de una madre puertorriqueña y su hija, viviendo juntas en Boston, y sobre las dificultades que confrontan cuando Elena, la hija, pierde misteriosamente su facultad de hablar en español, que es su lengua materna. Todos tienen su teoría sobre le origen del problema de Elena, pero nadie sabe a ciencia cierta qué es lo que ha causado este hecho trágico y absurdo.

lunes, 11 de enero de 2010

ENTREVISTA A FRANK SPANO

Brilla el sol para la industria del celuloide

“Como director y creador, nuestra obligación es siempre reinterpretar la realidad a través de nuestra ficción, para estar cerca del espectador”, señaló el artista panameño que actualmente reside en Madrid.


Rosalina Orocú Mojica

PA-DIGITAL


Durante reciente visita al país, el guionista, actor y director, Frank Spano nos habló sobre él, de cómo hacer cine y de proyectos que se cristalizarán este año y en el 2011; además, augura que soplan buenos vientos para el séptimo arte en Panamá.

Spano estima que estamos asistiendo a la germinación del cine panameño y planteó: “creo que todo el movimiento cinematográfico que hay, tanto por parte de las nuevas generaciones como por los creadores con más experiencia en Panamá”, así lo evidencian.

Añadió que la nueva ley de cine también favorece este auge que le está dando más identidad a la creación cinematográfica local. Ahora bien, él es categórico al afirmar que en la industria del celuloide “creo que todo está contado. Lo único que cambia es la manera de contarlo”. Explica: “En ese sentido creo que los espectadores siempre estamos a la espera de las nuevas palabras, de las nuevas manifestaciones creativas de un autor para emocionarnos y volver a ver una cosa que hemos visto como algo nuevo”.

Está convencido de que “Como director y creador nuestra obligación es siempre reinterpretar la realidad a través de nuestra ficción, para estar cerca del espectador”.

En cuanto al cine latinoamericano, que busca ganar terreno, él considera que necesitamos cada vez más rigor y más trabajo y que se den enlaces, que hayan más coproducciones, porque de lo contrario, no podremos levantar el cine actual, dado que hacer cine ha sido, es y será muy difícil, pues se requiere mucho dinero.

“Mi experiencia me dicta, me dice que para hacer cine lo que hay que tener es el impulso, las ganas y la resistencia para poder comunicar a través de imágenes y sonidos la interpretación de la realidad”, enfatizó.

Al ser preguntado sobre algunas claves para quienes quieren escribir cine, Spano nos respondió: “el abc de la escritura de un guión, para contar una historia es primero tener un personaje que te sirva de vehículo para poder desarrollar un arco, una acción, un viaje. Es que no hay otra. Asumiendo lo que es la esencia de la historia: una introducción, un conflicto y un desenlace. No hay secreto. O, mejor dicho, es el único secreto”.

Siguió orientando: “Segundo, hay que tener la necesidad vital de comunicar, con imagen y sonido”. Y, tercero, hay que ser perseverante. A él le ha tomado seis años un proyecto. Entre escribir el guión, conocer el equipo y obtener la información.

Ahora bien, hace la salvedad de que “sea en Hollywood, sea en Europa, sea en Latinoamérica, hay que entender que el cine es cultura y es negocio al mismo tiempo”.

Y, sea donde fuere, esta unión de cultura y negocio implica un gran reto.

Hay que poner empeño, para poder sacar adelante cualquier proyecto que se emprende porque, sólo así podrías, entonces, “contar lo que quieres también contar, lo que quieres que el público escuche de ti”, destacó. Pero, entiéndase que no es asunto de pensar sólo en ti. Explica que como creador, como guionista, como director, has de trabajar “pensando como el espectador. No para complacerlo, para de manera cómplice compartir con él tu manera de ver el mundo”. “La película”, entonces, “se convierte en un pretexto para recordar lo que está fuera de la pantalla, que nadie más ve”. Es por eso que él es muy autocrítico.

“Cuando veo las películas donde he actuado, me cuesta mucho. Realmente no veo la película hasta la cuarta o quita. vez que la veo”. Las primeras veces la ve con otros ojos. No sólo lo que está en el cuadro. Lo que está atrás, también.

“No sólo a mí, no sólo la historia. Todas las personas que están fuera, detrás de la pantalla, que estuvieron y han estado allí durante tres meses. Compartiendo ideales”.

Por todo eso, porque el cine es un arte difícil, que exige muchos recursos (dinero, creatividad, trabajo en equipo...) y de mucho compromiso, siempre su sueño es “hacer la siguiente película. Poder hacer una siguiente película y para ello el objetivo es tener la libertad para poder contar lo que para mí como creador es mi necesidad”.

Encuentro de cineastas.

Acerca del segundo Encuentro Cinematográfico Panamá-España, Frank Spano nos informó que tendrá lugar en nuestro país a mediados de año. Se proyectarán 7 filmes.

El Encuentro, explicó, es el resultado de esta inquietud que comparte con Luis Pacheco, de la Asociación de Cines de Panamá: reunir a reconocidos guionistas, directores, productores y actores de España y Panamá, con miras a favorecer un intercambio con profesionales, cinéfilos y público en foros y talleres.

Esta vez, previo al Encuentro, quince días antes habrá un concurso de cortometrajes.

Pueden ser cortometrajes filmados con cualquier clase de cámara. Hasta con teléfono celular. En la página web www.cinespana.com están las bases. “Estamos abriendo el compás, para que participe cualquier persona que tenga inquietudes”, dice nuestro interlocutor.

El Encuentro incluye una semana de taller, en la Ciudad del Saber. Para amateurs. noveles cineastas, estudiantes e interesados. El sábado habrá un Encuentro con los profesionales: actores, actrices, directores y productores.

Además, tendrá lugar el estreno mundial del filme “Negocios”, que fue rodado en 2009, durante una semana en el Hotel El Panamá y donde interactúan un hombre de negocios (Frank Spano) y una prostituta española (Elena Corredera), actriz española.

Frank Spano, además de actor, es coproductor del filme que dirige el argentino-español Miguel Ángel Cárcamo y fue rodado en el marco del Primer Encuentro de Cine Iberoamericano CINEESPANAMA. El objetivo, explica Spano, es que el Encuentro se autogestione con el apoyo de patrocinadores como el INAC y los medios.

El año pasado, todos los talleristas vivieron una experiencia profesional que da base a todo su desarrollo profesional.

Se proyectaron siete filmes, entre ellos, "Malamuerte" que ganó varios premios en la Mostra de Valencia en España: a la Mejor Dirección, Mejor Intérprete Femenina y Mejor Fotografía. Según explicó, el lanzamiento de la película es una de las mejores plataformas para todos los talleristas.

lunes, 4 de enero de 2010

CENACINE: LO BELLO DE LA PELEA (DOCUMENTAL)


LO BELLO DE LA PELEA es un documental creado por el director John Urbano, el cual captura la esencia de dos de los barrios panameños más coloridos, dinámicos e intensos: El Chorrillo y Barraza. En LO BELLO DE LA PELEA o “BEAUTY OF THE FIGHT” como es reconocida en inglés, el espectador es transportado a las vidas de los residentes y a su larga, ardua y constante lucha para mantener sus hogares o simplemente sobrevivir. LO BELLO DE LA PELEA es una visión de la vida de los residentes que han hecho de este barrio un interesante tejido cultural. Sus vidas a través de las batallas políticas como la invasión de EE.UU “CAUSA JUSTA”, históricos cambios urbanos y de zonificación, los convierte en víctimas de un área que ha sido históricamente olvidada.
En su libro de fotografía LO BELLO DE LA PELEA, el fotógrafo y director John Urbano explora, con imágenes íntimas y devastadoras, los efectos de las realidades históricas de Barraza y El Chorrillo, que sufrieron grandes pérdidas cuando las fuerzas de EE.UU. invadieron en 1989 con el fin de capturar al General Manuel Noriega. Ahora este barrio se acerca a la extinción, debido al desarrollo comercial. Con un trabajo de cámara muy ágil y bajo la protección de la policía militar al entrar en la Zona Roja el director de cine captura para la posteridad no sólo la lucha diaria, sino también la dignidad, la alegría, y la conciencia de sus habitantes.
Los boxeadores, peleadores de gallos, pandilleros, chiquillos, pequeños empresarios, miembros de la familia, líderes comunitarios, y visionarios se desempeñan en las dificultades del día a día para conservar sus hogares y soportar la pérdida de seres queridos debido a los conflictos de la calle, mientras que también expresan la espera inevitable de todos los pueblos que son víctimas inconscientes de las fuerzas políticas y económicas. No sólo la película da voz a la gente de este barrio, pero también explora los caprichos de la documentación de una comunidad destinada a caer en el pasado.
John Urbano nació y creció en Rensselaer, Indiana y estudió Ilustración y Publicidad en la Universidad de Columbus de Arte y Diseño. La carrera de John lo ha llevado a más de 20 países.
En 2004, mientras cumplía una misión en Panamá, un amigo llevó a John a Barraza, una comunidad pobre llena de color y vida. Por desgracia, la vida en estos barrios está siendo desmantelada por el gobierno, casa por casa, calle por calle, para dejar espacio a los rascacielos. John consideró que al barrio de Barraza sólo le quedaban unos años antes de su extinción, por lo que se dedicó a capturar la belleza, cultura, historia, y el peligro que se vive en estos barrios diariamente. Todo esto convierte a esta pequeña comunidad en el corazón de Ciudad de Panamá, en un lugar como ningún otro; un lugar donde LO BELLO DE LA PELEA vuelve a la vida en cada momento de cada día. El documental de John Urbano LO BELLO DE LA PELEA ha sido aceptado en veinticinco festivales de cine en 7 países diferentes en Norte, Centro y Sur América.

CENACINE: TRES MONOS

Del director turco Nuri Bilge Ceylanw que se presentaba a competición en Cannes, se sirve del proverbio de los tres monos sabios para explorar ideas sobre los errores que acaban explotando en consecuencias inesperadas. El plano que abre la película es un hombre que conduce por la noche en una carretera solitaria. Medio dormido al volante, atropella a un peatón. Poco después, llega otro coche, ve el cuerpo tendido en la carretera, pero prosigue su camino, y sólo para a anotar el número de matrícula del coche que lo atropelló. El conductor a la fuga, como averiguamos después, es un político en medio de la batalla por la reelección. Llama a su chófer y le convence para que confiese el atropello, prometiéndole una considerable suma de dinero después de que pase nueve meses en la cárcel por el crimen de su jefe.