lunes, 1 de febrero de 2010

CINE CON LAS UÑAS

Helkin Guevara, Diario La Prensa

Con el estreno de Chance el 15 de enero pasado, el cine panameño empezó la marcha hacia la meta de producir cintas de mejor calidad. Y fue un primer paso firme: la comedia lleva dos semanas dominando la taquilla local y, por ende, a la todopoderosa Avatar.
Así, Chance abre la trocha a otras 25 producciones audiovisuales registradas en la Asociación Cinematográfica de Panamá.
No obstante, la acogida de Chance en las salas de cine y la lista de proyectos en espera no ocultan la realidad para quienes se dedican al séptimo arte en Panamá: es una labor titánica, casi una hazaña, según describen los cineastas.
Los obstáculos van desde la escasez de financiamiento hasta la “débil” Ley de Cine que no ayuda, comenta Luis Palomo, quien actualmente está en la búsqueda de la “elusiva plata”, para concretar su próximo proyecto.
Y hablando de dinero, el cineasta José Macías destaca entre los escollos el fondo gubernamental para apoyo al cine local creado hace años por ley y que hasta ahora no cuenta con un centésimo. De hecho, el director de Chance, Abner Benaim, comenta que para realizar su filme nunca vislumbró apoyo más que el que pudiera conseguir por su cuenta. “Fue agotador”, describe.
Más allá, piensa la también cineasta Pituka Ortega, quizá lo más difícil es que se entienda la importancia de que un país cree sus propias imágenes. En fin, resume Palomo, cada cineasta tiene que “inventarse” la manera de hacer su película con las uñas.
Sin embargo, la pedregosa ruta para hacer cine podría mejorar con el recién creado Consejo Nacional de Cine, lo que podría ser, según los optimistas, la luz al final de un largo túnel. En Panamá hay 25 proyectos cinematográficos registrados en la Asociación Cinematográfica (Asocine) y solo uno ha podido llegar a las pantallas de los cines.
Los cineastas panameños están de acuerdo en un motivo central: no hay apoyo de los gobiernos. Por ello, los procesos se dilatan en la búsqueda, a veces infructuosa, del financiamiento.
No obstante, hace unos días se encendió lo que muchos involucrados en el cine local califican como el primer rayo de luz en el complicado trabajo de producir una cinta en el país.
Se trata del Consejo Nacional de Cine, que integran representantes de Asocine, el Ministerio de Comercio e Industrias (Mici), el Instituto Nacional de Cultura, el Sistema Estatal de Radio y Televisión y la Autoridad de Turismo de Panamá.
Este consejo es el resultado de una reunión entre Asocine y el Mici.
Según Luis Pacheco, presidente de Asocine, es la primera vez en años que se contará con el apoyo del Gobierno para tratar de desarrollar una industria de cine local.
El acuerdo incluye el respaldo para las 17 películas que vienen realizándose detrás de Chance, que fue la primera en estrenar, y siete documentales. También se continuará con el fomento de Panamá como centro de filmación para producciones internacionales, tanto de las grandes casas productoras como de cine independiente, detalla Pacheco.
Además, se pretende mejorar la Ley de Cine para obtener reales beneficios para el cine nacional.
En cuanto al inexistente fondo para el desarrollo cinematográfico y audiovisual contemplado en la ley 36 desde 2007, Pacheco asegura que concretarlo fue uno de los primeros puntos tratados por el consejo. Estima que antes que finalice 2010 el fondo debe estar funcionando con un monto de 3 millones de dólares.
Estas negociaciones significan un “ahora o nunca” para los cineastas panameños, resume Pacheco. Si todo se cumple, se podrán realizar dos o tres películas por año.

COMPROMISO

El director y productor Luis Palomo señala que para que algún día exista una industria del séptimo arte en el país, debe existir un compromiso real del Gobierno. Los proyectos están, pero lo que hace falta es apoyo, especialmente el financiero.
Por ejemplo, la cineasta Pituka Ortega dice que actualmente trabaja en un documental del transporte público panameño y el impacto que puede tener en la vida de los ciudadanos. El título es La Ruta, pero para terminarlo enfrenta un problema ya conocido: “fondos, fondos, fondos”.
Hasta ahora, para desarrollar los filmes, los cineastas han tenido que concursar por fondos o facilidades que ofrecen entidades como Ibermedia, Cinergia o los festivales de cine de la región, comenta el productor y director José Macías.
Pero el presupuesto y que el Gobierno entre en la ecuación no son las únicas patas cojas de la industria que se pretende formar. Deben existir estudios de cine y personal capacitado para trabajar en el proceso de producción, agrega Palomo.
Los cineastas consultados coinciden en que el movimiento que generarían todas las producciones audiovisuales traería beneficios como oportunidades de trabajo y exposición en otras latitudes. Al respecto, Palomo destaca la relación de Miami, Estados Unidos, con series como Miami Vice y CSI Miami. “Qué sería de Miami sin ellas”, bromea.
Además, comenta Macías, de la calidad del cine local no debe quedar duda con lo que demostrado por Chance. “Somos capaces; es entonces partir desde ese nivel y seguir superándonos”.
Ortega también es optimista. Dice que ahora se va a abrir un camino para todos los que se dedican a producir cine por cómo el público está respondiendo. Con Chance, destaca Palomo, se “rompió el hielo y ver quién sigue. ¡Nos vemos en el cine!”